domingo, 21 de febrero de 2010

"FORMANDOME COMO CINEASTA"


La escuela de cine (CERC) del Instituto nacional de Cinematografía me eligió, entre las pocas vacantes que se otorgaban: Nunca sabré si habrá tenido algo que ver Pudovkin con todo eso, por las dudas a él y al cine ruso, les debo una. Logré egresar en 1979 como director de cine.

Con el grupo Kine incursionamos en el súper 8mm en panavisión, un lente anamórfico delante de la cámara y se nos reconoció con varios premios en USA, y URSS, entre otros países. Fuimos la novedad, los “locos” que filmamos “en pantalla ancha”, todo un lujo y gran experiencia: títulos como “A vos pibe”, “Nadie detiene al sol”, “”La mujer que espera” y “Toc-Toc”, nos dieron prestigio como grupo independiente, así como al EDAC (Escuela de cine de Avellaneda) donde daba mis primeros pasos en la docencia.

Escribí guiones en soledad y conjuntamente con Rubén Jajdelski, Luís Sepúlveda dirigí cortos, gané estatuillas de yeso en festivales nacionales y del exterior. También me dijeron “que interesante” y así descubrí que eso quería decir “que engendro lo tuyo”.

El disco rígido se continúa llenando, hubieron viajes al exterior, que siempre confirman cuanto aún queda por aprender, sobre todo cuando un lagrimón se pianta ante esos feroces cuervos de Van Ghog; o un Guernica que no cesa de denunciar la demencia de la intolerancia.

Elijo este modo narrativo de presentarme más allá de todo curriculum vitae, de diagramación “profesional” (que encontrarán en otro lugar del blog). Porque entiendo que cada historia personal es un relato más; uno de tanto, brota como todo transcurrir.. Me lleva a esto la necesidad de una “sincera carta abierta”. Presentarse implica indagarse, rescatar… Uno puede ir tratando de no perder la cronología, pero los tiempos se entreveran, así que sepan disculpar, mis desvíos, pero afín con el medio, la escritura es también, un modo de “navegar” para encontrarse.

Luego de un año de cursada como libretista de radio y TV en el ISER que se vio interrumpida porque la carrera fue eliminada durante el proceso militar, vino el autoexilio para salvarse de la asfixia: España, París, algún curso en Aix en Provence, y un impaciente deseo de devorarse el mundo para descubrir que aún hoy estoy empezando a empezar.

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